ZZ…Continúo aun hoy en día, escuchando buen Rock and Roll y con la misma idea de cambiar el mundo…ZZ

lunes, marzo 04, 2024

John Sebastian, ese rockero y rey del teñido “Batik”

 

John Sebastian, ese rockero y rey del teñido “Batik”

The Psychedelic Tie-Dye Master.

Carlos Zerpa

John Sebastian, ese estupendo musico, conocido por ser el fundador de la banda The Lovin' Spoonful, y por su estupenda participación en el Festival de Woodstock en 1969, vestido de blanco con su ropa teñida de colorinches en “Batik”, onda Tie-Dye 

¿Lo recuerdas cantando, acompañado de su guitarra acústica?I had a dream last night. What a lovely dream it was. I dreamed we all were alright. Happy in a land of Oz”


Se sabe que John Sebastian había ido como espectador al festival de Woodstock, a escuchar a los grupos y compartir con sus amigos, que se encontraba en el “backstage” cuando los organizadores de forma improvisada lo invitaron a salir al escenario, entonces Sebastian prácticamente se robó el show, interpretando, "Darling Be Home Soon",” I Had A Dream”, "Younger Generation", “How Have You Been” y “Rainbows All Over Your Blues”. John en ese momento había fumado marihuana y tomado LSD, ya que no tenía previsto salir a cantar, pero lo hizo. Qué bueno es estar en el lugar adecuado en el momento justo, ese era su día de suerte, sin dudas.

Bueno esos pantalones blancos manchados de azul y su casaca Levis, también blanca, teñida con manchas amarillas, rojas, verdes, azules, negras y naranjas, Hippie Style, se las tiñó el mismo, de eso se trata este relato.



Él cuenta que comenzó un día, tiñendo su camiseta (T Shirt, playera, franela) con tintas de muchos colores, porque su amiga Ann Thomas, que vivía en una especie de comuna Hippie
en California, tenía cacerolas llenas de tintas calientes. John se aproximó a ver y se dio cuenta, que había una tinta, turquesa que le gustaba mucho, así que se quitó la T Shirt que traía puesta, ató con cuerdas la camisa y la tiró a la cacerola, luego la sacó, la lavó puso otro color y otro más. Así comenzó a entrar en ese mundo y a tener una especie de estilo propio al hacerlo, con eso de doblar, torcer, plisar, arrugar una tela para ponerle cuerdas o bandas de goma y tintes, hasta llegar a ser con el tiempo, un verdadero Psychedelic Tie-Dye Master.

Su amiga Ann Thomas, era de Brooklyn y se dedicaba principalmente al batik, al Tie-Dye, ese tipo de teñido de telas, de la cultura asiática (Japón, India, Thailandia, China) y africana (Nigeria) Ella al ver a Sebastian muy interesado en teñir, le dijo que tenía que hacer un teñido personalizado, que algo de Piscis, seria perfecto. Dijo John, ya que su cumpleaños era el 17 de marzo, lo que lo convertía en un Piscis, entonces haría su trabajo onda astrológico.

Fue para él, un proceso fascinante porque no solo estaba componiendo y amarrando las telas para que entrara esos tintes, sino que también iba a ver fascinado como giraban las telas en la rueda de colores, porque eso es lo que hacía el tinte de anilina. Decía que era casi un proceso fotográfico, luego iría con el morado, para darse cuenta que era el púrpura más oscuro que jamás había visto, según sus palabras. Por lo general, sumergía la tela alrededor de 40 minutos en el tinte, lo sacaba del recipiente y lo lavaba con una manguera y lo colocaba bajo del sol de California y así comenzaba a ver este proceso de cambiar de un color a otro. Era la época de los hippies, la psicodelia, la paz, el amor, la música, la marihuana y el LSD.


John cuenta que fue emocionante y contagioso ver que mucha gente venía a la granja, recuerda que había: actores, músicos, bailarines, artistas, todo tipo de personas que atraían a otras personas para participar en ese proyecto. Fue en ese momento, después de teñir su T Shirt, cuando también tiñó sus calcetines y la ropa interior. Al poco tiempo, todo estaba teñido, sábanas, mantas, ropa, zapatos, ropa interior, Ja. Ja. Ja. Ja. Esto fue lo que él llamó, la aventura de teñido anudado.

Esto comenzó en la primavera de 1969 y era algo que estaban haciendo en esa comuna, entonces fue y compró en una tienda, una chaqueta Levis blanca, esa casaca que se convirtió en el símbolo icónico de Woodstock 69. John, decidió que realmente iba a divertirse con esto, no iba a apresurarse a tirarla en el tinte, iba a atar pequeñas partes pequeñas con cuerdas, solo una parte a la vez, por eso es que hay muchos colores en esa chaqueta y en cierto modo representaban a “The Farm”. Comenzó con un “Mandala” en la espalda, luego con las mangas y el resto. Se volvió un experto y aprendió que de acuerdo con la cantidad de presión que ejercía en el giro, se determinaría la cantidad de tinte que ingresaba allí. Si ataba muchas gomas o cuerdas, solo obtendría vetas de color. Pero si lo hacía un poco flojo, estaría más turbio y la mancha más grande.



Es todo un estilo, no hay bueno o malo, solo aburrido y descolorido. Ese fue el fracaso de la T shirt de Joe Cocker. John recuerda estar en Woodstock y hacer bromas con Joe, porque había comprado una camiseta teñida en San Francisco y le dijo, "hombre, tienes que hacerlo bien, eso no se ve bien. Eso se ve sucio, te la hubiese teñido mucho mejor yo”. Lo curioso es que mucha gente piensa que fue Sebastian, quien le pintó esa T shirt. 


Tampoco fue quien tiñó el vestido de Janis Joplin, con el que ella se paseaba por el festival.






Recuerda también que en una oportunidad, que Pete Townshend a mediados de 1970, vestía un mono blanco, un overol, una braga de mecánico casi inmaculada, que utilizaba en sus presentaciones con “The Who”. Bueno John se la robó de su cuarto de hotel, mientras Pete dormía, la tiñó y la volvió a colocar en la terraza de la habitación de Townshend. Al despertar Pete la vio colgada y pensó que era alguien que se había ahorcado en su balcón, llamó a los agentes de seguridad del hotel y cuando ellos llegaron a su cuarto, descubrieron que era su ropa teñida, de inmediato se dio cuenta que había sido John Sebastian el que había hecho la travesura. Espero que él, aún la conserve y que no la haya tirado a la basura.

John, por su parte no ha tirado nada en la basura, supe que ha habido interés de algunas personas que quieren comprar toda la colección de su ropa teñida, pero quizás se subaste. Todavía tiene todo en un gran baúl, así como también tiene sus pantalones y su Levis de Woodstock. Unas piezas de museo.


Afirma John Sebastian que todo ese amarre y teñido se puede complementar con el blanqueo, que era atar y luego blanquear con lejía. Se ponía guantes industriales para trabajar con las tintas y la lejía, en una especie de magia medieval y peligrosa. Ese fue el año en que tuvo el pelo teñido de manera pre punk, no fue algo intencional, lo que pasó es que sobraba decolorante, sus manos estaban impregnadas, estaba trabajando y se pasaba los dedos por el pelo sin pensar, después de un mes de hacer eso, se dio cuenta de que tenía algo parecido a un furgón, una van, hippie de Detroit, en su pelo.

Después de esa época, después de Woodstock, John dejó de teñir su ropa, porque él afirmaba que la música era una amante implacable y no tenía tiempo para otras cosas, si no para su música. Tiñó en Inglaterra y en San Francisco, el teñido anudado se convirtió en un recuerdo feliz.

Me acabo de enterar que John Sebastian, apareció tocando la armónica, en el álbum en directo de The Doors, “Alive, She Cried”, tocando "Little Red Rooster" y también en “Two Sides of the Moon” el álbum en solitario de Keith Moon, supe que su banda The Lovin' Spoonful, fue incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2000. 

John en este momento tiene 79 años de edad y sigue activo.


domingo, marzo 03, 2024

¿Han oído hablar de Jaime Martínez? Una historia maravillosa.


¿Han oído hablar de Jaime Martínez? Una historia maravillosa.

El Maraquero Venezolano que tocó con Los Rolling Stones

Carlos Zerpa

Los locutores Polo Troconis e Ivan Losher, en su programa de radio en la emisora 88.1 FM de Caracas, nos cuentan esta historia sobre Jaime Martínez ese maraquero, que tocó con Los Rolling Stones.

Ivan Losher, habla.

Jaime Martínez, nació en Cunaviche, en pleno llano venezolano, fue un peón de hacienda, amante del joropo y poseedor de una maestría innata para tocar las maracas.  Por reducción del personal, Jaime fue despedido de la hacienda y se vio obligado a marcharse a trabajar con un primo a Puerto La Cruz, cargando y descargando mercancía de los barcos. Un día se fue como polizón en uno de esos barcos que iba a Europa. Un par de semanas después, desembarcó en un Londres invernal y sintió por primera vez lo que era pasar frio.

Polo Troconis nos narra.

Dormía en los bancos de las plazas, pero una noche, debido a una fuerte nevada, entró en un viejo teatro a refugiarse… De pronto a medianoche lo despertó una música que Jaime nunca había escuchado en su vida. Sentía la vibración en el piso, las paredes y después en su pecho y su cabeza. Lo que escuchaba era Rock & Roll, eran los “Rolling Stones” ensayando la canción “Simpathy for the Devil”. En un acto reflejo, Jaime comenzó a tocar las maracas acompañando la canción, Jaime no podía entender lo que oía, pero la música era rítmica y le provocaba bailar, aplaudir al ritmo de la canción y comenzó a tocar sus maracas, la acústica del teatro llevó el sonido de las maracas hasta el escenario. Mick Jagger se dio cuenta del sonido extraño que venía del ático, subió y se encontró con Jaime tocando las maracas, bajaron juntos hasta el escenario, Keith Richards y Bill Wyman sabían algo de español, así que Jaime pudo hacerse entender.

Ivan Losher, continua el relato.

Así fue que este hombre llanero, entró en la historia del Rock, ya que Jagger y Richards sentían que, a esa canción, le faltaba algo y que habían encontrado en las maracas el sonido faltante… Lo convencieron de que siguiera tocando y hasta quedaron "fascinados" por su ejecución, tanto que decidieron incluirlo como maraquero en la canción "Simpathy for the devil" a la que las maracas llaneras le aportaban "el sonido faltante". Al día siguiente ya estaban Los Stones con Jaime en el estudio de grabación, e incorporando el sonido de sus maracas en dicha canción, mientras le pagaban una buena cantidad de dinero al venezolano.

Felix Allueva, experto en el rock venezolano, opina:

¿Que fue un llanero de Cunaviche? para mí, hasta que me lo demuestren, es solo una Leyenda Urbana. Mira que tú también tienes otra Leyenda Urbana (buenísima) sobre el guitarrista de “T Rex” y compañero de Marc Bolan. Je,je,je,je.

Eddio Piña, (presidente de la fundación para la historia del Rock en Venezuela), opina.

Eso del maraquero de Cunaviche con Los Stones, es una Leyenda Urbana, las maracas en esa canción las interpretó Bill Wyman. También se decía que fue, “Nené” Quintero, quien tocó las congas en la grabación de esa famosa canción "Simpatía por el Diablo", pero esto no es cierto, en verdad el músico que tocó las congas en la grabación de esa canción fue Rocky Dzidzornu, mejor conocido como Rocky Dijon.

José Pérez afirma

Nunca se sabrá si en realidad fue Bill Wyman. Mick Jagger o Jaime Martínez, quienes tocaron las maracas en ese tema. Nosotros insistimos, que sí, que fue Jaime Martínez, alias “El Cunaviche”, el que tocó las maracas durante las sesiones de Olimpic Studios. Estoy convencido de eso. La banda le dio a Jaime techo, comida y ropa. Después fue llevado al estudio de grabación y las maracas que oímos en la introducción de Simpathy son tocadas por él. En los créditos del álbum se le dio una versión inglesa de su nombre: James Martins.

El periodista Víctor Amaya, nos dice.

La realidad es que las maracas en esa canción las interpretó Bill Wyman, el bajista fundador de los Stones, y que esta narración convertida en leyenda urbana fue creada por el periodista Alfonso Molina y el dramaturgo Rodolfo Santana. La canción apareció en el disco Beggars Banquet (1968) de la banda británica The Rolling Stones. Y ahí no hay créditos para Jaime Martinez.

El periodista e historiador de cine, Alfonso Molina lo recuerda.

A mediados de los años ochenta, en camino a Barcelona, estado Anzoátegui, iba por carretera junto al dramaturgo Rodolfo Santana y comenzamos a inventar un "Cadáver Exquisito", una historia hilvanada desde una frase seguida por otra y otra y otra, en una especie de contrapunteo. "Pura improvisación". Esto surgió cuando cruzábamos Clarines, donde nació la leyenda. Así fue cómo surgió, frase a frase, la historia de José Gregorio Torrealba (una mezcla de José Gregorio Hernández y Juan Vicente Torrealba), un muchacho pobre de Clarines que tocaba maracas y que no veía futuro en la Venezuela de finales de los sesenta. Deliraba con ir a Europa y hacer mundo. Se dice que Jaime en su equipaje cargaba sus inseparables maracas, para él eran muy valiosas ya que le recordaba sus orígenes y las tocaba desde pequeño. Era un polizón que llega a Marsella en un barco mercante, de allí sube a París y viaja a Inglaterra donde se refugia en un viejo teatro de Londres. Mick Jagger descubrió a José Gregorio, en su escondite, quien sin hablar inglés trataba de excusarse. Pero Mick no lo botó. Más bien lo invitó a sumarse al equipo de percusionistas que dirigía Charlie Watts. La cosa funcionó y se incorporó a Sus Majestades Satánicas. Viajó por todo el mundo con la banda inglesa y hasta se convirtió al budismo.

CZ-

Pero le cambiaron el nombre a José Gregorio por el de Jaime Martínez.

Alfonso Molina, continua.

Esta historia la publiqué en el diario El Nacional en los años 80s, como un cuento, un relato, una breve historia y nada más. Pero pronto comenzó a tener repercusiones, la leyenda creció y creció, sin yo darme cuenta. Con el tiempo, fueron surgiendo nuevas versiones de esta leyenda y muchas personas fueron sumando detalles a esta ficción y José Gregorio, dejó de ser de Clarines para convertirse en un muchacho que se llamaría, Jaime Martínez, un llanero de Cunaviche.

CZ-

Hay mucha gente que aun piensa que esa historia fue real y que por motivos extraños la han querido convertir en una leyenda.

Alfonso Molina, continua.

Hay otra curiosidad muy folklórica, porque Rodolfo Santana, me llamó un día para decirme que había recibido un telegrama del Concejo Municipal de Clarines para preguntarle cómo contactaban al maraquero que había tocado con The Rolling Stones, pues deseaban designarlo como “Hijo Ilustre de Clarines”. Después de pensarlo mucho, escribimos una comunicación al Ilustre Concejo Municipal de Clarines para decirles que José Gregorio había desaparecido de la banda en un concierto en Amsterdam y se había ido a buscar una vida más espiritual. La última vez que se supo de él fue vivia en Samarkanda. De ustedes, atentamente…

Raúl Luna, nos dice.

José Gregorio Torrealba, se vio obligado de utilizar un seudónimo, para proteger su intimidad y continuar su vida sin que nadie lo molestara, y fue así como todos comenzaron a llamarlo Jaime Martínez. Viajó por todo el mundo con la banda inglesa y luego se convirtió al budismo. Luego después de muchos años, regresó a Venezuela, pero no a su pueblo. Los Stones pagaron su regreso y le dieron una cantidad grande de dinero, suficiente como para que Jaime pudiera buscar una casa propia y montar su negocio. Eso me consta.

Leonardo López.

Nadie puede aseverar o desmentir esta historia. Un músico aparece en los créditos de una grabación cuando firma un contrato con los productores. Podría haber sido este el caso, ya que el muchacho no era músico. La historia dice que le pagaron bien y lo mandaron a su casa así que, ¿para qué iba a aparecer en los créditos? Si creemos en Dios, al que nunca hemos visto, ¿por qué no creer en esta historia del maraquero? Dicen que en el disco aparece con el nombre en inglés de James Martins.

Pedro Pérez nos cuenta.

Mick Jagger ha venido a Venezuela varias veces, sabemos que tiene una propiedad en la isla de Margarita. Lo han visto en Playa El Agua, pero de incógnito. Sabemos que uno de sus huéspedes habituales en esas visitas, es un maraquero trigueño, a quien conoció en Londres y quien tocó con “Sus majestades Satánicas”, quien llega a la casa de Jagger, para compartir un rato con su amigo, tomarse unas cervezas, hablar, reírse y preparar sancochos de pescado. Las maracas desde ese suceso en Londres, se convirtieron en uno de los instrumentos preferidos de Jagger, quien aprendió a tocarlas de Jaime Martínez, su amigo y maestro maraquero.

Armando García

Yo conocí personalmente a José Gregorio Torrealba, más conocido, como Jaime Martínez. Quien después de vivir en Clarines, durante casi toda la vida, y luego de esa maravillosa experiencia con Los Stones en Londres, se regresó con mucho dinero y se mudó a la isla de Margarita a rehacer su vida en completo anonimato.

CZ.

Supe que en Cunaviche querían hacerle un busto de bronce Jaime Martínez, y dedicarle una plaza con su nombre, eso supe, que buscaban una fotografía suya, para que el escultor Carlos Rojas, pudiera hacerla…

El periodista Víctor Amaya, nos da la clave del asunto.

El cuento termina en tono optimista diciendo que, la próxima vez que escuches “Simpathy for the devil” recuerdes con orgullo que esas maracas que suenan las toca un venezolano, un llanero de Cunaviche, para más señas. Es muy bonito todo ese orgullo patrio, nacional, tricolor.

CZ-

Esa historia, que fue un venezolano, un llanero de Cunaviche, quien tocó esas maracas para los Stones, me encanta y por eso la reseño aquí. ¿No te parece una historia maravillosa? Pleased to meet you. Hope you guess my name. Oh, yeah…

Instrucciones:

Cierre los ojos, ponga el disco a un alto volumen, pero en reversa, escúchese la canción al revés con todo y ese sonido de maracas venezolanas tocadas de atrás pa lante, que producen sin dudas un sonido del más allá, con toque satánico y de “Cunaviche Adentro”.

Chhhhacahh chhhachhhcahhh

Chhhuack chhhuak chhhachhh

Shhhhhhh Shhhhhhh


lunes, febrero 26, 2024

Ahí estudié en los años 60s. En el querido liceo Pedro Gual.


 

Ahí estudié en los años 60s. En el querido liceo Pedro Gual.

Carlos Zerpa.

Jesús Berbin era el director. Recuerdo con mucho cariño a la profesora Quintero de geografía y al profesor Táriba de Ingles, a Eulalio Toledo Tovar en historia del arte, que nos mostraba las imágenes de los cuadros en postales o recortes de la revista Life (no habían aún, proyecciones de diapositivas y mucho menos internet) en ese tiempo había inventado una técnica llamada “La Llovizna” al pintar sus paisajes en óleo, a Chaurio en matemáticas, quien tenía un automóvil con alerones que nosotros llamábamos el “Chauriomovil”  y sobre todo a Joaquín Burgos, mi profesor de castellano, a quien quise y respeté mucho. A él le debo que me motivara a la lectura y a escribir...  Me hizo conocer a Teresa de la Parra y a sus Memorias de Mamá Blanca y también a Ifigenia. Me alentaba con mis primeros escritos y a quien le debo toda la motivación que me diera para que tuviese al libro como amigo. A la profesora Mercedes de Gutiérrez de Biología que antes de entrar a clases, a los varones nos olía el aliento y revisaba el bolsillo de la camisa a ver si teníamos cigarrillos y a las hembras si estaban maquilladas las mandaba al baño a lavarse la cara. Jajaja Y cuando llovía, ella se metía los pies en bolsas de plástico del supermercado. Ahí tuve a mi primera novia y mis primeros besos, de hecho, fue en el aula de clases y nos sorprendió el profesor Táriba, el cual no nos llevó a la dirección y fue nuestro cómplice. Fui director junto a Gonzalo Iturriza, de una cartelera/periódico de cultura "pop" llamada "La Bacteria" suerte de periódico mural con una mezcla de literatura, arte y rock and roll. Y de un volante de contracultura hecho en stencil. Justo en ese momento, escribí una especie de cuestionario para los padres, porque tenía la convicción y la idea firme de que pertenecíamos a una sociedad que casi no pensaba en nosotros, pero que nos quería manejar a su antojo, y que nuestros padres eran cómplices de todo este complot. Este cuestionario fue distribuido entre todos mis compañeros de clases de bachillerato en el liceo Pedro Gual y entre mis amigos de la urbanización Los Sauces, lo pegamos luego en la cartelera “La Bacteria”… el papel entonces pasó de mano en mano y pronto empezaron otros a reproducirlo en multígrafo (en ese entonces no existían las fotocopiadoras) cientos y cientos se hicieron y llegaron a las manos de los padres de otros liceos de la Valencia del año 1968 (El Martín J. Sanabria, El Montesori, La Salle, El Don Bosco, El Nueva Valencia etc.), pronto fue tema de discusión en las asambleas de padres y representantes de dichos liceos y sirvió para que se abriera un dialogo entre padres e hijos, muchos padres y profesores me llamaron entonces para hablar conmigo. La política estaba muy presente y con fuerza en esos años. Los enfrentamientos con los comunistas eran en verdad, palabras mayores. Las elecciones de los representantes estudiantiles se mezclaron con la muerte del líder comunista Alberto Lovera. Recuerdo a los hermanos Yoris como lideres juveniles del partido Acción Democrática, una urna de cartón en hombros de los estudiantes y a un compañero de apellido Luckert y a Frezia Ipinza enardecidos por el asesinato de su lider. Varios amigos fumaban cigarrillos “Alas”, debajo de las gradas de la cancha y recuerdo uno que vivía en Guacara tomaba pastillas de cafenol para drogarse. Yo no era bueno jugando basquetball pero jugaba... A la mayoría de mis compañeros de clase, nunca mas los vi y de muchos he olvidado sus nombres. Los nombres de mis compañeras de estudio, de ese entonces, se me escapan. Recuerdo a Gonzalo Iturriza (juntos hacíamos la cartelera "La Bacteria"), a uno de apellido Bello, que vivía en Guaparo, a María del Pilar Rams (su padre tenía la marqueteria "Cezanne" frente al liceo), a Morales a quien llamábamos Moralito, a Frezia Ipinza, a Tamara Valderrama, a Luckert que era de Barqusimeto, a Gustavo Matute, a Eulices Jimenez, a Wagner Luna (de la banda de rock "The Moonsters"), a Ricardo Illas que era torero, a Paquito Trujillo, a Luis Rada de Guaparo, a uno de apellido Mendoza, que vivia en el Viñedo. Hay rostros claros en mi memoria, pero por más que lo intento, no recuerdo sus nombres, les pido disculpas. Unos eran amigos que vivían en Los Sauces, otros en Guaparo y otros en La Michelena. Muchos recuerdos tengo y sobre todo Buenos Recuerdos. 

jueves, febrero 22, 2024

Me gustan


 Me gustan

Me gustan las mujeres, el tequila, el mezcal, el vodka, el vino tinto, el whisky de malta, el ron, el amaro, la cocacola, el picante, el dulce de leche, la carne sangrienta, las pizzas, el espagueti, las cachapas con queso telita, el mole poblano, los tacos de chile guero de Tijuana, el café expreso, el coco, el mango, la piña, el cepillado cococrema y las cocadas, el helado de café con un baño de café expreso, los tequeños.. coño los tequeños...el postre de natas de Portugal, la mantequilla de maní, el quesillo, la sopa de cebollas, la sopa Tahi, la sopa Ajiaco de Bogotá, la crema de ajoporros, las papas fritas de Mc Donalds, las papas al horno con romero y aceite de oliva, la lasagna, los tabaquitos de hojas de uva libaneses y el jibe crudo, el flan, el cus cus, la polenta, la hallaca navideña, el caviar, el paté, las arepas reinapepiada, las hamburguesas, los perros calientes, la Kolita, el té frio, las empanadas con queso y cebolla, los tacos al pastor, los tamales de rajas, todos los quesos blancos, el queso emental... Las Artes Marciales, el UFC, el arte No convencional, la pintura, el dibujo, las esculturas, el rock and roll, la musica de Ruben Blades, el planeta Zappa, el nigiri sushi. Caracas, Valencia, New York, Roma, Barcelona, Bogotá, Buenos Aires y México.

La lista es larga, esta solo es la punta del iceberg.

El Matematico


 El Matematico

Hace tres años, estaba en el Ángel de la independencia en Ciudad de México, cuando de pronto veo que se baja de un automóvil un personaje enmascarado.
Cuál sería mi sorpresa al ver que se trataba de El Matemático, un de mis héroes de la lucha libre de cuando yo era un niño.
Me aproximé a el, le dije que yo era de Venezuela y que era su fan, desde mi niñez.
Se alegró y nos tomamos esta fotografía juntos.
Bello momento y full alegría.

Sueño con aparición


 

Sueño con aparición

Carlos Zerpa

Soñé que estaba caminando por una especie de pueblo en el lejano oeste, como esos que aparecen en las películas de vaqueros, con calles polvorientas, casas de madera y con un sol abrasador.

Estaba exhausto, lleno de polvo y con mucha sed.

El pueblo estaba desierto, como abandonado, no había ni un alma.

Todo era de color marrón claro, la madera y la tierra del piso.

Caminé hacia una de las casas buscando una sombra, un techo que me protegiera del inclemente sol y buscando agua.

Justo enfrente de esa casa me conseguí un par de zapatos viejos, llenos de polvo y no sé por qué los recogí

Al levantar uno de los zapatos, se le despego la suela y adentro había un papel plegado. Lo saqué, lo abrí y era una fotografía de un hombre de piel morena, con bigotes y barba negra. Pensé que era Jesús de Nazareth, pero me di cuenta que no era.

En la parte de atrás de la foto, estaba escrito un nombre, decía Orunmila.

Entré a la casa y conseguí agua para aplacar mi sed y sombra para protegerme del sol.

Al despertarme, de inmediato encendí la computadora y busqué en Google y Wikipedia, para saber que significaba ese nombre.

Apareció la fotografía del mismo hombre que vi en la fotografía en mi sueño.

Orunmila, el sabio, el orisha de la adivinación, la divinidad de la sabiduría en la cultura yoruba, de África.

Creo que ese orisha, se me apareció en sueños, para decirme que estaba conmigo y para que lo conociera.

El mundo Visinvisible que se manifiesta.

miércoles, febrero 21, 2024

Antonio Caro y Carlos Zerpa


Antonio Caro y Carlos Zerpa

Conocí a Antonio Caro, en el Museo de Arte Moderno de Medellín,  en el Coloquio de Arte No Objetual en el año 1981, si mal no recuerdo, me lo presentó Nadín Ospina, quien era su amigo. 
De inmediato nos hicimos buenos amigos y cómplices. Ambos andábamos rondando los 30 años de vida.
Muchos años después, En 1988, realicé una obra con una postal, en dónde se mostraba una salina, una playa llena de montículos de sal que semejaban torres de cocaína, y realice una obra de arte, escribiendo en letras plateadas la palabra "Cocaína" con la tipografía del logotipo de la Coca Cola, hecho que de inmediato me remitió a Colombia e indudablemente a Antonio Caro...
En verdad era un homenaje a él.



La última vez que ví a Caro, fue durante mi exposición "Rey Tattoo" en la galería Garcés Velasquez en Bogotá, eso fue en el año 1997, encuentro registrado en una estupenda y afectiva fotografía, que aún conservo y que abre este escrito..
El año pasado, en el 2022, Santiago Rueda, me invitó a participar en una exposición en Colombia en la galería MAP de Bogotá y quise hacerle un homenaje a ese querido amigo quien ya no habitaba entre nosotros.
Comencé a ver toda su obra y retomé algunas, dentro de su mismo lenguaje, modificando las imágenes o cambiando algunos textos.
Colombia, Todo está muy Caro, el Maíz, la Sal, su retrato como la novia de Frankenstein y un largo etcétera.
De eso se tratan esas obras que he realizado.
Un homenaje a mi amigo/hermano Antonio Caro, quien en verdad me hace falta.
Se que desde el más allá, estará complacido, viendo lo que he hecho como un sacrilegio de su arte. 
El sabe que lo sigo queriendo.


 

Cuatro historias en Ciudad de México

 


Cuatro historias en Ciudad de México.

Carlos Zerpa

2024

1-

Un hombre joven muy alto se me acerca en el mercado y me dice.

¿A quién le vas carnal, al América? Es el equipo más chingón.

Le veo su actitud desafiante y le digo.

No se mucho de futbol, pero le voy al América.

Es el equipo más chingón.

Me dice.

Ayer me fui a las seis de la tarde al Monumento del Ángel de la Independencia, estaba lleno de gente, me tomé mi caguama y ahí estuve hasta las 5 de la madrugada, celebrando y cantando.

Veo que anda con un perro de raza indefinida, me centro en el perrito y e digo.

Se ve que quieres mucho a ese perrito.

Me dice.

Es como mi hijo, hasta me lo tatué, mira y me muestra su antebrazo.

El tatuaje era del perro “Golfo” de la película La Dama y el Vagamundo.

 

2-

Un hombre camina por la calle Ángel Urraza, justo detrás de mí, lleva en sus brazos una bolsa amarilla de plástico, enorme, la lleva abrazada, casi no puede con ella.

Me grita, ¿Usted estuvo preso? Yo me hago el desentendido.

Me grita de nuevo, ¿Usted estuvo preso? Y yo sigo mi camino

Se me pone al lado y me dice ¿Usted estuvo preso? Es por sus tatuajes.

Yo lo miro y le respondo.

Nunca me atraparon.

 

3-

Un grupo de obreros con sus bragas de mecánico de l mismo color de su piel, caminan cada uno con unas cajas vacías de cartón corrugado, de diversos tamaños.

Parecen que andan desnudos, pero no.

Caminan agrupados como en una coreografía extraña.

Los veo como si fuese un performance.

4-

Un hombre joven va en el metro y recita, casi rapea en voz alta.

Una para el gato, dos para los tacos, tres para la chela y cuatro para el bato

Uno para la iguana, dos para tu hermana, tres los cuates y cuatro para enchilada.

Memorizo su canción.


martes, febrero 20, 2024

CALACAS


 

"La Casa Lux" de mi papá Paco Zerpa y de mi tío Oswaldo Zerpa







"La Casa Lux" de mi papá Paco Zerpa y de mi tío Oswaldo Zerpa, la primera tienda por departamentos de Valencia.

 Un concepto de avanzada, onda Sears pero muuuuuuuchoooo antes, en los 50s. en Valencia, Venezuela. 


Mi papá Paco Zerpa 






 
 

Mi tío Oswaldo Zerpa y mi papá Paco Zerpa



La vitrina que está en el Museo de Arte Contemporáneo Sofia Imber la construí con objetos encontrados en sus depósitos. 

Se llama "Homenaje a La Casa Lux y La Casa Zerpa"

ZZ…En el arte definitivamente hay que atreverse, hay que participar de una subversión por la libertad total como dijo el querido maestro Frank Zappa…ZZ